Recuerdo un depósito de tinta,el útero de una pluma, piernas largas,tan largas que la barbilla le rozaba los genitales. Recuerdo el papel todavía virgen, dispuesto a ser estrenado por unas manos ya impuras. Rememoro aquel primer baile de máscaras, donde cada consonante buscaba su par tener, donde cada vocal se descubría abierta o cerrada. Y creo que la vida depende demasiado del soporte en que se caiga: un folio, una camiseta hortera, un mp3 de propaganda...
Pues yo voy cayendo sin atrevimiento, al soporte infinito de la soledad, donde la vida no depende de, sino que de la vida depende lo demás. Yo soy un texto y tú una letra. Si me dices cuál, te encontraré un lugar donde estar en alguna de mis palabras. Acabaré con tu soledad. ¡Dime! Qué letra eres?Porque, contrariamente a lo que el mundo cree, no son las letras las que dan sentido a las palabras, sino las palabras las que dan sentido a las letras.
Pero no hay palabras sin significado. ¡Dime! ¿Qué letra eres? y quizás encuentre para ti una imagen. ¡Dime! ¿Qué letra eres? e iremos a pasear bajo las tildes de mi texto ebrio.